Empezaré diciendo que tengo la suerte de poder compartir la afición por este deporte con toda mi familia, así que excelente fin de semana , porque ya partimos de la base que hicimos y vivimos lo que nos gusta.
Este deporte me ha ido permitiendo conocer en los últimos años a gente están ayudándome a inculcar a mis hijos valores que en estos días están en desuso: la amistad, humildad, compañerismo, tesón, sacrificio, espíritu de equipo, superación... Por eso he de decir de que a pesar de que los resultados de este año no han sido los que muchos esperaban en Benjamines tras haber quedado el año pasado en este mismo torneo los 5º de España y este año haber cerrado la clasificación por motivos varios: jugar con tres prebenjamines, ausencias y ser practicamente todos los demás niños de primer año, y penúltimos en alevínes, a pesar de la mejoría notable y ser la segunda vez que completamos un equipo, la experiencia ha sido francamente positiva.
Los niños han luchado y usando topicazos, se ha dejado la piel en el campo. Han caído y se han levantado una y otra vez, ante rivales, de más envergadura, más fuerza, con más banquillo más experiencia y muchas más competiciones. Han luchado por la victoria hasta el agotamiento (caían lesionados y seguían porque ya no había más cambios), pero casi ninguno se acuerda del resultado, sólo de que han pasado un fin de semana haciendo lo que más les gusta, con algunos de los que ya empiezan a ser sus amigos, creo que ese es el espíritu del rugby.
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